PSICOASTEN® LC Comprimidos Recubiertos de Liberación Controlada
Laboratorio
BETA
Industria Argentina
Venta Bajo Receta Archivada Lista IV
Drogas
Paroxetina
Clasificación ATC
N06AB05
Clases Terapéuticas
Sistema Nervioso Central: Antidepresivos
Información farmacológica
Composición:Psicoasten®LC 12.5 mg: Cada comprimido recubierto de liberación controlada contiene: Clorhidrato de Paroxetina 14.30 mg (equivalente a 12.5 mg de Paroxetina). Excipientes: Hidroxipropilmetilcelulosa, Lactosa, Povidona, Carbopol 934 P, Celulosa Microcristalina, Estearato de Magnesio, Acryl Eze, Antiespumante C y Laca Alumínica D&C Amarillo Nº 10 c.s. Psicoasten®LC 25 mg: Cada comprimido recubierto de liberación controlada contiene: Clorhidrato de Paroxetina 28.60 mg(equivalente a 25 mg de Paroxetina). Excipientes: Hidroxipropilmetilcelulosa, Lactosa, Povidona, Carbopol 934 P, Celulosa Microcristalina, Estearato de Magnesio, Acryl Eze, Antiespumante C y Laca Alumínica D&C Amarillo Nº 10 c.s. Psicoasten®LC 37.5 mg: Cada comprimido recubierto de liberación controlada contiene: Clorhidrato de Paroxetina 42.90 mg (equivalente a 37.5 mg de Paroxetina). Excipientes: Hidroxipropilmetilcelulosa, Lactosa, Povidona, Carbopol 934 P, Celulosa Microcristalina, Estearato de Magnesio, Acryl Eze, Antiespumante C y Laca Alumínica D&C Amarillo Nº 10 c.s.
Acción Terapéutica: Antidepresivo.
Indicaciones: Trastorno depresivo mayor. Trastorno de angustia (trastorno de pánico). Trastorno disfórico premenstrual.
Propiedades:Farmacodinamia: La acción antidepresiva de la paroxetina y su eficacia en el tratamiento del trastorno de angustia (en adelante, trastorno de pánico) estarían relacionadas con la potenciación de la actividad serotoninérgica que produce a nivel del sistema nervioso central, debido a su acción inhibitoria sobre la recaptación de serotonina. Estudios realizados en humanos con dosis de paroxetina clínicamente relevantes han mostrado que el fármaco bloquea la recaptación de serotonina en plaquetas. Estudios in vitro realizados en animales han sugerido que la paroxetina es un potente y altamente selectivo inhibidor de la recaptación de serotonina y que sólo posee efectos muy débiles sobre la recaptación de noradrenalina o dopamina. Estudios in vitro de unión a radioligandos indican que la paroxetina posee baja afinidad por los receptores muscarínicos, α 1 y α 2 adrenérgicos, ß adrenérgicos, D2 dopaminérgicos, 5HT1 y 5HT2 serotoninérgicos y H1 histaminérgicos. El antagonismo de los receptores muscarínicos, histaminérgicos y α 1 adrenérgicos, se ha asociado con diversos efectos anticolinérgicos, sedativos y cardiovasculares de otros psicotrópicos. Farmacocinética:Absorción: Psicoasten® LC ha sido elaborado para lograr una liberación controlada de su principio activo (clorhidrato de paroxetina). La paroxetina tiene buena absorción luego de su administración oral. Los valores de Cmáx y de AUC aumentan en forma no proporcional a la dosis con formulaciones de paroxetina de liberación controlada. El Tmáx se produce entre las 6 y las 10 horas posteriores a la ingesta. La vida media de eliminación se ha estimado entre 15 a 20 horas. La biodisponibilidad de la paroxetina en formulaciones de liberación controlada a dosis de 25 mg no fue afectada por los alimentos. Durante la administración repetida de diferentes dosis de paroxetina en formulaciones de liberación controlada, el estado de equilibrio se alcanzó dentro de las 2 semanas. Distribución: se distribuye ampliamente por el organismo y circula unida a proteínas plasmáticas en un porcentaje superior al 90%. Metabolismo y excreción: la paroxetina es extensamente metabolizada luego de su administración oral. El sistema involucrado en gran parte de su metabolismo es el CYP 2D6. La saturación de este sistema enzimático a dosis clínicas parece responsable de la cinética no lineal que aparece con el aumento de dosis o con la prolongación del tratamiento. Los principales metabolitos son polares, producto de reacciones de oxidación, metilación y conjugados con glucurónico y sulfato, y son rápidamente depurados del organismo. Los datos indican que es muy poco probable que los metabolitos contribuyan a la acción farmacológica de la droga madre. Pacientes con deterioro hepático y/o renal: pueden producirse aumentos de las concentraciones plasmáticas de paroxetina en sujetos con deterioro hepático y/o renal. Las concentraciones plasmáticas promedio en pacientes con clearance de creatinina por debajo de 30 ml/min fueron aproximadamente 4 veces mayores que las observadas en voluntarios sanos. Los pacientes con clearance de creatinina entre 30 y 60 ml/min y aquellos con deterioro hepático presentaron un aumento aproximadamente del doble en sus concentraciones plasmáticas (AUC, Cmáx). Por lo tanto, la dosis de inicio deberá reducirse en pacientes con severo deterioro hepático y renal y los aumentos subsiguientes de dosis, si fueran necesarios, deberán realizarse a intervalos más espaciados. Pacientes ancianos: estudios realizados en ancianos con diferentes dosis de paroxetina, mostraron que las concentraciones correspondientes a la Cmin fueron un 70 - 80% mayores en comparación con las Cmin de sujetos normales. Por lo tanto, la dosis de inicio deberá reducirse en esta población.
Posología: Los pacientes deben ser advertidos que los comprimidos de paroxetina de liberación controlada no deben ser masticados o partidos y que deben ingerirse enteros. Depresión:Dosis de inicio: se recomienda la administración del fármaco en una toma diaria única, preferentemente por la mañana, con o sin comidas. La dosis de inicio aconsejada es de 25 mg/día. Los pacientes que no responden a la dosis de inicio, pueden beneficiarse con incrementos de 12.5 mg hasta llegar a un máximo de 62.5 mg diarios, dependiendo de la respuesta del paciente. Las variaciones de dosis deben realizarse a intervalos no menores a 1 semana. Terapia de mantenimiento: existe consenso en que los trastornos depresivos requieren tratamiento farmacológico durante varios meses. Al igual que las demás drogas antidepresivas, la dosis de paroxetina deberá reevaluarse en forma periódica y dependiendo de la respuesta clínica se podrán realizar ajustes en la misma, de ser necesario. Trastorno de pánico:Dosis de inicio: la paroxetina debe administrarse en una dosis diaria única, usualmente por la mañana. Los pacientes deben comenzar con dosis de 12.5 mg/día, realizando incrementos de 12.5 mg por vez en intervalos de al menos 1 semana. La efectividad de la paroxetina en esta patología fue demostrada en diferentes ensayos clínicos con rangos de dosis comprendidos entre 12.5 y 75 mg/día. La dosis máxima no debe exceder los 75 mg/día. Terapia de mantenimiento: los pacientes con trastorno de pánico que recibieron paroxetina, mostraron una menor tasa de recaída en comparación con los pacientes que recibieron placebo. El trastorno de pánico es una condición crónica y resulta razonable considerar la continuación del tratamiento en un paciente respondedor. Deben realizarse ajustes de dosis para mantener al paciente con la mínima dosis efectiva, realizándose reevaluaciones periódicas a fin de determinar la necesidad de la continuación del tratamiento. Trastorno disfórico premenstrual:Dosis de inicio: la paroxetina debe administrarse en una dosis diaria única, usualmente por la mañana. La dosis inicial recomendada es de 12.5 mg/día. La efectividad de la paroxetina en esta patología fue demostrada en diferentes ensayos clínicos con dosis de 12.5 y 25 mg/día. Los cambios de dosis deben realizarse a intervalos de al menos 1 semana. Terapia de mantenimiento: la efectividad de la paroxetina por un período que exceda los 3 ciclos menstruales no ha sido sistemáticamente evaluada en ensayos controlados. De todos modos, las pacientes refieren que la sintomatología empeora con la edad, aliviándose con el comienzo de la menopausia. Por lo tanto, resulta razonable la continuidad del tratamiento en una paciente respondedora. Las pacientes deberán ser evaluadas periódicamente a fin de determinar la necesidad de la continuidad del tratamiento. Existe consenso general en que los tratamientos con drogas antidepresivas deben extenderse por un período suficiente, habitualmente varios meses. Al igual que con cualquier droga psicoactiva, se recomienda discontinuar la terapia en forma gradual, ya que la suspensión en forma brusca puede determinar la aparición de síntomas tales como irritabilidad, mareos y trastornos del sueño. Posología en ancianos, pacientes debilitados y pacientes con deterioro de la función hepática y/o renal: La dosis de inicio recomendada en pacientes ancianos, pacientes debilitados y pacientes con disfunción hepática y/o renal severa es de 12.5 mg/día. Pueden realizarse incrementos de dosis si están indicados, no excediendo los 50 mg/día.
Efectos Colaterales:Los efectos adversos más comúnmente observados asociados con el uso de paroxetina en pacientes depresivos, con una incidencia del 5% o más y al menos 2 veces mayor en relación a los pacientes tratados con placebo fueron: trastornos eyaculatorios, trastornos de la visión, constipación, disminución de la libido, diarrea, mareos, trastornos genitales femeninos, náuseas, somnolencia, sudoración, trauma, temblor y bostezos. En los pacientes depresivos bajo tratamiento con paroxetina se observó una clara relación dosis dependiente en la aparición de ciertas reacciones adversas de común presentación. Los efectos adversos de más frecuente presentación en pacientes con trastorno de pánico fueron: alteraciones de la eyaculación, somnolencia, impotencia, disminución de la libido, temblor, sudoración y trastornos genitales femeninos (generalmente anorgasmia o dificultades para alcanzar el orgasmo). Los efectos adversos de más frecuente presentación en pacientes con trastorno disfórico premenstrual (incidencia del 5% o más y al menos 2 veces mayor en relación a los pacientes tratados con placebo) fueron: náuseas, astenia, somnolencia, insomnio, disminución de la libido, mareos, sudoración, trastornos genitales femeninos, diarrea y constipación. Otros eventos adversos (clasificados por sistema corporal) observados con el empleo de paroxetina fueron:General: reacción anafilactoide, escalofríos, síndrome gripal, malestar general, síndrome adrenérgico, edema de rostro, rigidez de cuello y sepsis. Sistema cardiovascular: hipertensión, hipotensión, angina de pecho, bradicardia, bloqueo de rama del fascículo de His, palpitaciones, hipotensión postural, síncope, arritmia nodal, fibrilación auricular, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca congestiva, hematoma, bajo gasto cardíaco, infarto de miocardio, isquemia de miocardio, palidez, flebitis, embolia pulmonar, extrasístoles supraventriculares, tromboflebitis, trombosis, cefalea vascular y extrasístoles ventriculares. Sistema digestivo: bruxismo, disfagia, eructos, gastroenteritis, reflujo gastroesofágico, gingivitis, glositis, hiperplasia gingival, hemorroides, hepatoesplenomegalia, aumento de salivación, obstrucción intestinal, melena, pancreatitis, úlcera péptica, hemorragia rectal, úlcera gástrica, odontalgia, estomatitis ulcerosa, estomatitis aftosa, diarrea sangrante, bulimia, cardiospasmo, colelitiasis, colitis, duodentitis, enteritis, esofagitis, impactaciones fecales, incontinencia fecal, gastritis, hemorragia gingival, hematemesis, hepatitis, ileítis, ulceración bucal, agrandamiento de las glándulas salivales, sialadenitis, estomatitis, tensión en la garganta, decoloración de la lengua y edema de lengua. Sistema endocrino: hipertiroidismo, quistes en los ovarios, dolor de testículos, diabetes mellitus, bocio, hipotiroidismo y tiroiditis. Sistema hemático y linfático: anemia, eosinofilia, leucocitosis, leucopenia, linfadenopatía, trombocitopenia, anisocitosis, basofilia, aumento del tiempo de sangrado, anemia hipocrómica, linfoedema, linfocitosis, linfopenia, anemia microcítica, monocitosis, anemia normocítica y trombocitemia. Trastornos metabólicos y nutricionales: bilirrubinemia, deshidratación, edema generalizado, hiperglucemia, hipercalemia, hipocalemia, edema periférico, aumento de la TGO, aumento de la TGP, sed, aumento de la fosfatasa alcalina, aumento del nitrógeno de urea en sangre, aumento de la creatinina fosfoquinasa, aumento de las gammaglobulinas, gota, hipercalcemia, hipercolesterolemia, hiperfosfatemia, hipocalcemia, hipoglucemia, hiponatremia, cetosis, aumento de la deshidrogenasa láctica y aumento del nitrógeno no proteico. Sistema musculoesquelético: artritis, bursitis, miastenia, miopatías, miositis, tendinitis, espasmo generalizado, osteoporosis, tenosinovitis y tétanos. Sistema nervioso: amnesia, ataxia, convulsión, diplopía, distonía, labilidad emocional, alucinaciones, hipoestesia, hipocinesia, incoordinación, neuralgia, neuropatías, nistagmo, parálisis, reacción paranoica, vértigo, síndrome de retiro de la droga, marcha anormal, acatisia, acinesia, afasia, coreoatetosis, parestesias, delirios, disartria, discinesia, euforia, síndrome extrapiramidal, fasciculaciones, convulsión de gran mal, hostilidad, hiperalgesia, irritabilidad, aumento de la libido, reacción maníaca, reacción maníaco-depresiva, meningitis, mielitis, neuritis periférica, psicosis, depresión psicótica, deterioro de los reflejos, aumento de los reflejos, estupor, tortícolis y trismus. Sistema respiratorio: asma, disnea, epistaxis, laringitis, neumonía, estridor, disfonía, enfisema, hemoptisis, hipo, hiperventilación, fibrosis pulmonar, edema pulmonar, gripe y aumento del esputo. Piel y apéndices: acné, alopecia, sequedad de la piel, eczema, dermatitis exfoliante, forunculosis, prurito, seborrea, urticaria, angioedema, equimosis, eritema multiforme, eritema nodoso, hirsutismo, rash maculopapular, decoloración de la piel, hipertrofia de la piel, úlcera de la piel, disminución de la sudoración y rash vesiculobulloso. Sentidos especiales: acomodación anormal, conjuntivitis, dolor de oído, queratoconjuntivitis, midriasis, fotofobia, hemorragia retiniana, tinnitus, defectos del campo visual, ambioplía, anisocoria, blefaritis, visión borrosa, cataratas, edema conjuntival, úlcera de córnea, sordera, exoftalmos, glaucoma, hiperacusia, ceguera nocturna, parosmia, ptosis y pérdida del gusto. Sistema urogenital: albuminuria, amenorrea, agrandamiento mamario, dolor mamario, cistitis, disuria, cálculos renales, menorragia, nocturia, prostatitis, incontinencia urinaria, retención urinaria, atrofia mamaria, trastornos eyaculatorios, trastornos del endometrio, epididimitis, secreción mamaria, mama fibroquística, leucorrea, mastitis, metrorragia, nefritis, oliguria, poliuria, piuria, salpingitis, uretritis, cilindros urinarios, urgencia urinaria, urolito, espasmo uterino y hemorragia vaginal. Pruebas de laboratorio de función hepática: en ensayos clínicos controlados con placebo, los pacientes tratados con paroxetina mostraron valores anormales en las pruebas de función hepática que no excedieron los porcentajes detectados en los pacientes que recibieron placebo. En particular, las comparaciones entre pacientes que fueron tratados con paroxetina versus pacientes que recibieron placebo en relación a la fosfatasa alcalina, SGOT, SGPT y la bilirrubina, no mostraron diferencias en las alteraciones de los valores que se detectaron en ambos grupos de tratamiento. La experiencia clínica ha demostrado que el uso de paroxetina no se asocia con efectos adversos cardiovasculares, tales como taquicardia o hipotensión postural. Las acciones colaterales pueden disminuir en intensidad y frecuencia con el tratamiento continuado y en general no obligan a la suspensión de la terapia. Potencial de abuso y dependencia: No ha sido estudiado en humanos el potencial de abuso, tolerancia o dependencia física a la paroxetina. En consecuencia, deberá tenerse precaución en aquellos pacientes con antecedentes de abuso de drogas, evaluándolos en forma cuidadosa en busca de indicios de uso indebido o abuso de paroxetina.
Contraindicaciones: Hipersensibilidad conocida a la droga. Uso en forma concomitante con drogas IMAO. Uso en forma concomitante con tioridazina. No debe ser usada en menores de 18 años con trastorno depresivo mayor (DSM IV).
Advertencias: El uso de antidepresivos con indicación aprobada por ensayos clínicos controlados en adultos con trastorno depresivo mayor y otras condiciones psiquiátricas deberá establecerse en un marco terapéutico adecuado a cada paciente en particular. Esto incluye: a) Que la indicación sea hecha por especialistas que puedan monitorear rigurosamente la emergencia de cualquier signo de agravamiento o aumento de la ideación suicida, como así también cambios conductuales con síntomas del tipo de agitación. b) Que se tengan en cuenta los resultados de los últimos ensayos clínicos controlados. c) Que se considere que el beneficio clínico debe justificar el riesgo potencial. Empeoramiento clínico y riesgo suicida: Los pacientes con trastorno depresivo mayor, tanto adultos como pediátricos, pueden experimentar empeoramiento de su cuadro depresivo y/o emergencia de ideación y conductas suicidas o cambios inusuales de conducta, estén o no bajo tratamiento con antidepresivos, y este riesgo puede persistir hasta que se produzca una remisión significativa del cuadro. El suicidio es un riesgo conocido del trastorno depresivo y otros cuadros psiquiátricos, y estos trastornos constituyen por sí mismos fuertes predictores de suicidio. Existe preocupación acerca de que los antidepresivos pueden desempeñar un rol en el empeoramiento de la depresión y la emergencia de conductas suicidas en ciertos pacientes durante las fases tempranas de tratamiento. Análisis de datos agrupados de ensayos controlados de corto plazo realizados con drogas antidepresivas (ISRS y otros) han mostrado que estos fármacos aumentan los pensamientos y las conductas suicidas en niños, adolescentes y adultos jóvenes (18 - 24 años) con trastorno depresivo mayor y otros trastornos psiquiátricos. Los estudios de corto plazo no han demostrado un incremento del riesgo suicida con antidepresivos en comparación con el placebo en adultos mayores de 24 años y se detectó una reducción del mismo en sujetos mayores de 65 años en tratamiento antidepresivo. El análisis de los datos agrupados provenientes de ensayos clínicos controlados realizados en pacientes con trastorno depresivo mayor o trastorno obsesivo-compulsivo, mostró una considerable variación del riesgo suicida entre los diferentes antidepresivos analizados, pero con una tendencia a un riesgo mayor en la franja de pacientes más jóvenes. No se registraron suicidios en ninguno de los ensayos clínicos realizados en la población pediátrica. En los estudios realizados en adultos ocurrieron suicidios, pero la cantidad detectada no fue suficiente para obtener alguna conclusión acerca de un efecto adverso relacionado con el tratamiento antidepresivo. Se desconoce si el riesgo de suicidio aumenta con el tratamiento antidepresivo a largo plazo, pero la evidencia proveniente de ensayos clínicos controlados realizados con antidepresivos como tratamiento de mantenimiento de la depresión, han mostrado que la administración de estos fármacos puede retrasar la recurrencia de cuadros depresivos. Todos los pacientes tratados con antidepresivos por alguna indicación deben ser controlados de manera apropiada, pesquisando la aparición de empeoramiento clínico, ideación y conductas suicidas y alteraciones inusuales de la conducta, especialmente durante los meses iniciales del tratamiento antidepresivo o cuando se realice una modificación de la posología. Han sido reportados en pacientes adultos tratados con antidepresivos inhibidores de la recaptación de serotonina o con otros antidepresivos con mecanismo de acción compartido tanto para el trastorno depresivo mayor como para otras indicaciones (psiquiátricas y no psiquiátricas) los siguientes síntomas: ansiedad, agitación, ataques de pánico, insomnio, irritabilidad, hostilidad (agresividad), impulsividad, acatisia, hipomanía y manía. Aunque la causalidad ante la aparición de estos síntomas y el empeoramiento de la depresión y/o la aparición de impulsos suicidas no ha sido establecida, existe la inquietud de que dichos síntomas puedan ser precursores de ideación suicida emergente. Los familiares y quienes cuidan a los pacientes deberían ser alertados acerca de la necesidad de seguimiento de los pacientes en relación tanto de los síntomas descriptos como de la aparición de ideación suicida y reportarlo inmediatamente a los profesionales tratantes. Dicho seguimiento debe incluir la observación diaria de los pacientes por sus familiares o quienes estén a cargo de su cuidado. Ensayos clínicos controlados no han mostrado eficacia y no pueden sustentar el uso de paroxetina en niños con trastorno depresivo mayor (DSM IV). La paroxetina no está indicada en menores de 18 años. Si se toma la decisión de discontinuar el tratamiento la medicación debe ser reducida lo más rápidamente posible, pero teniendo en cuenta el esquema indicado para cada principio activo, dado que en algunos casos la discontinuación abrupta puede asociarse con ciertos síntomas de retirada. Inhibidores de la MAO: En pacientes tratados con Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS) en combinación con Inhibidores de la Monoaminooxidasa (IMAO) se han comunicado reacciones adversas, algunas veces fatales, que incluyen hipertermia, rigidez, mioclonus, inestabilidad autonómica con rápidas fluctuaciones de los signos vitales y alteraciones del estado mental que incluyen agitación extrema con progresión al delirio y coma. Estas reacciones también se han reportado en pacientes que discontinuaron en forma reciente el tratamiento con IMAOs. La información disponible respecto de la interacción de la paroxetina con IMAOs es limitada y sugiere que su empleo en forma combinada puede potenciar de modo sinergista la presión arterial y provocar cuadros de excitación psicomotriz. Por lo tanto, se desaconseja el uso de la paroxetina de liberación controlada con drogas IMAO, ya sea en forma simultánea o dentro de los 14 días de discontinuado el tratamiento con éstas. Del mismo modo, deben transcurrir al menos 2 semanas de suspensión del tratamiento con paroxetina antes de iniciar una terapia con IMAO. Tioridazina: La administración de tioridazina sola puede producir prolongación del intervalo QT, lo cual se asocia con arritmias ventriculares serias, tales como torsades de pointes y muerte súbita. Este efecto parece ser dosis dependiente. Información de estudios in vivo sugiere que la paroxetina, un inhibidor del CYP 2D6, puede elevar los niveles plasmáticos de tioridazina. Por lo tanto, se desaconseja el empleo de ambos fármacos en forma combinada.
Precauciones:Activación de manía/hipomanía: Al igual que con las demás drogas antidepresivas, la paroxetina debe utilizarse con precaución en pacientes con antecedentes previos de manía. Epilepsia: La incidencia de convulsiones en pacientes tratados con paroxetina fue del 0,1%, porcentaje similar al detectado con otros antidepresivos utilizados en el tratamiento de la depresión. La paroxetina deberá administrarse con precaución en pacientes con antecedentes convulsivos y se discontinuará su uso si el paciente presentara convulsiones. Suicidio: La posibilidad de un intento de suicidio es inherente al trastorno depresivo y puede persistir hasta que ocurra una significativa remisión del cuadro. El inicio del tratamiento antidepresivo debe acompañarse de una estrecha supervisión de los riesgos y beneficios en el paciente. Se aconseja prescribir la mínima cantidad de comprimidos que garantice el adecuado manejo del paciente, a fin de reducir el riesgo de sobredosis. Dado que está suficientemente establecida la comorbilidad existente entre trastornos depresivos y otros trastornos psiquiátricos, es aconsejable atender estas precauciones no sólo con pacientes depresivos sino también en el tratamiento de pacientes con otros trastornos psiquiátricos. Discontinuación del tratamiento:En algunos pacientes se ha informado la aparición de diversos síntomas luego de la suspensión abrupta del tratamiento con paroxetina, los cuales incluyen: vértigo, trastornos sensoriales (sensación de parestesia, trastornos visuales), ansiedad, agitación, irritabilidad, trastornos del sueño, confusión, náuseas y diarrea. En general, estos síntomas aparecen dentro de los primeros días de la discontinuación abrupta del tratamiento y suelen resolverse espontáneamente o con la reinstauración de la terapia con paroxetina. Por lo tanto, cuando se decida finalizar el tratamiento con el producto, se sugiere discontinuarlo en forma gradual, disminuyendo la dosis paulatinamente o administrando un esquema de dosis de días alternos. Si aparecieran síntomas intolerables luego de la disminución o la suspensión de la paroxetina, se podrá considerar la reinstauración de la última dosis prescripta, intentando un régimen más gradual de discontinuación. Hiponatremia: Se han comunicado algunos casos de hiponatremia en pacientes bajo tratamiento con paroxetina, que revirtieron con la discontinuación de la droga. Gran parte de estos casos se presentaron en pacientes ancianos, algunos con depleción de volumen y otros que ingerían diuréticos en forma concomitante. Sangrado anormal: Se han comunicado varios casos de sangrado anormal (principalmente equimosis y púrpura) asociados al uso de paroxetina, incluyendo un caso de alteración de la agregación plaquetaria. Si bien la relación causal de este trastorno con el uso de paroxetina no está clara, la alteración de la agregación plaquetaria puede deberse a la depleción de serotonina plaquetaria. Enfermedades concomitantes: La experiencia clínica con paroxetina en pacientes con enfermedades sistémicas es limitada. Se debe tener precaución al emplear paroxetina en pacientes con enfermedades o condiciones que pudieran afectar el metabolismo o las respuestas hemodinámicas. La paroxetina, al igual que otros inhibidores de la recaptación de serotonina, puede causar midriasis en forma infrecuente. Por lo tanto, deberá tenerse precaución al administrarla en pacientes con glaucoma de ángulo estrecho. La paroxetina de liberación controlada no ha sido evaluada ni empleada en una cantidad apreciable de pacientes con historia reciente de infarto de miocardio o enfermedad cardíaca inestable. La administración de paroxetina no se asoció con alteraciones significativas del ECG, del índice cardíaco o de la presión arterial. Pueden presentarse aumentos en las concentraciones plasmáticas de paroxetina en pacientes con severo deterioro renal (clearance de creatinina < 30 ml/min) o severo deterioro hepático. En estos pacientes debe comenzarse con dosis bajas. Interferencia con capacidades motoras y cognoscitivas: Al igual que con todas las drogas psicoactivas, los pacientes deben ser advertidos sobre su capacidad para conducir autos u operar maquinarias, no obstante lo cual la experiencia clínica con paroxetina no ha demostrado deterioro de las capacidades motoras y cognoscitivas. Carcinogénesis, mutagénesis y deterioro de la fertilidad: Estudios de carcinogénesis realizados en roedores con dosis de paroxetina varias veces superiores a las dosis máximas recomendadas en humanos, mostraron un aumento significativo de la incidencia de sarcomas de células reticulares en el grupo de ratas macho tratadas con las más altas dosis. También se detectó un aumento proporcional a la dosis en la aparición de tumores linforreticulares en ratas macho. Las ratas hembra no resultaron afectadas. La paroxetina no produjo efectos genotóxicos en la amplia batería de tests mutagénicos realizados en ratas. En estudios de reproducción realizados en ratas tratadas con altas dosis de paroxetina se detectó una disminución en el porcentaje de embarazos. Se desconoce la importancia de todos estos hallazgos en humanos. Uso en embarazo: No existen estudios bien controlados realizados con paroxetina en mujeres embarazadas. Dado que los ensayos de reproducción animal no siempre predicen la respuesta en humanos, esta droga no deberá utilizarse durante el embarazo. Lactancia: Al igual que otros fármacos, la paroxetina se excreta en leche materna y, por lo tanto, deberá tenerse precaución al indicar esta droga a madres en período de amamantamiento. Uso pediátrico: Ensayos clínicos controlados no han mostrado eficacia y no pueden sustentar el uso de paroxetina en niños con trastorno depresivo mayor (DSM IV). La paroxetina no está indicada en menores de 18 años. Uso geriátrico: Se ha comunicado una disminución de la depuración plasmática de la paroxetina en sujetos ancianos, no obstante lo cual en términos generales no se detectaron diferencias en la eficacia y en el perfil de efectos adversos entre adultos y sujetos de edad avanzada. Pacientes con deterioro renal/hepático: Pueden presentarse aumentos en las concentraciones plasmáticas de paroxetina en sujetos con deterioro severo de la función renal y/o hepática, por lo cual en estos casos se aconseja restringir la dosis al rango más bajo de dosificación.
Interacciones Medicamentosas:Alcohol: Si bien la paroxetina no acentúa el deterioro de las habilidades psicomotrices producido por el alcohol, los pacientes deben estar advertidos de evitar el consumo del mismo mientras estén bajo tratamiento con paroxetina. Triptofano: Al igual que con otros inhibidores de la recaptación de serotonina, la administración de paroxetina con triptofano puede producir un cuadro caracterizado por cefalea, náuseas, sudoración y mareos. En consecuencia, no se recomienda el uso concomitante de paroxetina con triptofano. IMAO: Ver Contraindicaciones y Advertencias. Sumatriptán: Se han descrito raros casos de debilidad, hiperreflexia e incoordinación en pacientes que utilizaron en forma concomitante sumatriptán con ISRS. Por lo tanto, si se indicara este tratamiento combinado, deberá realizarse un cuidadoso seguimiento del paciente. Warfarina: Existe información preliminar que sugiere una interacción farmacodinámica entre la paroxetina y la warfarina que puede resultar en un mayor sangrado sin que se produzcan alteraciones en el tiempo de protrombina. Debido a que la experiencia clínica es limitada, la administración de paroxetina y warfarina en forma concomitante debe realizarse con precaución. Drogas que afectan el metabolismo hepático: La metabolización de la paroxetina puede resultar afectada por otras drogas, por procesos de inducción o inhibición de sus enzimas metabolizadoras. Cimetidina: la cimetidina inhibe varias enzimas oxidativas del citocromo P450. En un estudio realizado con 30 mg de paroxetina administrados en una única toma diaria durante 4 semanas, sus concentraciones en el estado de equilibrio aumentaron en aproximadamente un 50% cuando se administró en forma conjunta con cimetidina (300 mg, 3 veces al día en la semana final del ensayo). Por lo tanto, cuando se administren ambos fármacos en forma conjunta, los ajustes de las dosis de paroxetina luego de la dosis inicial de 20 mg deberán realizarse en base al efecto clínico. El efecto de la paroxetina en la farmacocinética de la cimetidina no ha sido estudiado. Fenobarbital: el fenobarbital induce varias enzimas oxidativas del citocromo P450. Cuando se administró una única dosis de 30 mg de paroxetina en el estado de equilibrio del fenobarbital (100 mg 1 vez al día, durante 14 días), se produjo una disminución del AUC y del Tmáx de la paroxetina del orden del 25 y 38%, respectivamente, en comparación con los valores que se registraron cuando se administró paroxetina sola. El efecto de la paroxetina en la farmacocinética del fenobarbital no ha sido estudiado. Debido a que la paroxetina no muestra una farmacocinética lineal, los resultados de este estudio no pueden extrapolarse a la situación en la cual las dos drogas se han estado administrando en forma crónica. No se considera necesario un ajuste de dosis inicial cuando se administra paroxetina en forma conjunta con fenobarbital. Cualquier ajuste ulterior deberá realizarse en función de la respuesta clínica. Fenitoína: cuando se administró una única dosis de 30 mg de paroxetina en el estado de equilibrio de la fenitoína (300 mg 1 vez al día, durante 14 días), se produjo una disminución del AUC y del Tmáx de la paroxetina del orden del 50 y 35%, respectivamente, en comparación con los valores que se registraron cuando se administró paroxetina sola. En un estudio separado, cuando se administró una única dosis de 300 mg de fenitoína en el estado de equilibrio de la paroxetina (30 mg 1 vez al día, durante 14 días), se produjo una leve disminución del AUC (12%) de la fenitoína en comparación con el valor que se registró cuando se administró fenitoína sola. Debido a que la paroxetina no muestra una farmacocinética lineal, los resultados de este estudio no pueden extrapolarse a la situación en la cual las dos drogas se han estado administrando en forma crónica. No se considera necesario un ajuste de dosis inicial cuando se administra paroxetina en forma conjunta con fenitoína. Cualquier ajuste ulterior deberá realizarse en función de la respuesta clínica. Drogas metabolizadas por el citocromo P450 2D6: La paroxetina, al igual que otros agentes antidepresivos disminuye la actividad del citocromo P450 2D6, lo cual puede conducir a aumentos de los niveles plasmáticos de aquellas drogas que sean metabolizadas por esta isoenzima. Por lo tanto, la coadministración de paroxetina con drogas que sufren metabolismo similar, incluyendo ciertos antidepresivos (nortriptilina, amitriptilina, imipramina, desipramina, fluoxetina) y antiarrítmicos del grupo 1C (propafenona, flecainida y encainida) debe realizarse con precaución. Debido al riesgo de desarrollo de arritmias ventriculares serias y muerte súbita asociadas potencialmente a los picos plasmáticos de tioridazina, la paroxetina no deberá administrarse en forma conjunta con esta fenotiazina (ver Advertencias). Drogas metabolizadas por el citocromo P450 3A4: Un estudio de interacción in vivo que involucra la administración conjunta en el estado de equilibrio de paroxetina y terfenadina (sustrato del citocromo P450 3A4), no mostró efecto de la paroxetina sobre la farmacocinética de la terfenadina. Además, estudios in vitro mostraron que el cetoconazol, un potente inhibidor del citocromo P450 3A4, es un inhibidor al menos 100 veces más potente que la paroxetina en relación a la inhibición del metabolismo de varios sustratos de la enzima tales como terfenadina, astemizol, cisaprida, triazolam y ciclosporina. Asumiendo que la relación entre la Ki de la paroxetina y la ausencia de efecto in vivo sobre la depuración de la terfenadina predice su efecto sobre otros sustratos, la actividad inhibitoria de la paroxetina sobre el citocromo P450 3A4 no parece ser clínicamente significativa. Drogas de alta unión a proteínas plasmáticas: Debido a que la paroxetina se une en alto grado a las proteínas plasmáticas, su administración a pacientes que estén recibiendo otra droga de alta ligadura proteica puede ocasionar aumentos de las concentraciones libres de ese fármaco, lo cual potencialmente puede ocasionar eventos adversos. De modo inverso, también pueden presentarse eventos adversos asociados al aumento de las concentraciones plasmáticas de la paroxetina, producto del desplazamiento de su unión a proteínas plasmáticas por otras drogas de alta ligadura proteica. Digoxina: El estado de equilibrio de la paroxetina no se modificó luego de la administración de digoxina. En presencia de paroxetina, el AUC promedio de la digoxina en el estado de equilibrio disminuyó un 15%. Dado que esta experiencia clínica es limitada, se sugiere administrar con precaución ambos fármacos en forma conjunta. Litio: La información clínica existente respecto del uso concomitante de litio y paroxetina indica que no existe interacción farmacocinética entre ambos fármacos. Dado que esta experiencia es limitada, su administración en forma simultánea debe encararse con cuidado. Teofilina: Se han comunicado aumentos en los niveles de teofilina en pacientes bajo tratamiento con paroxetina. Por lo tanto, se recomienda el monitoreo de los niveles de teofilina cuando estas drogas se administren en forma simultánea.
Sobredosificación:Los síntomas de sobredosis por paroxetina más comúnmente descritos incluyen: Náuseas, vómitos, somnolencia, coma, taquicardia, temblor, confusión y mareos. Otros signos y síntomas asociados con sobredosis de paroxetina (sola o asociada a otros medicamentos) fueron: midriasis, convulsiones (incluyendo estado de mal epiléptico), arritmias ventriculares (incluyendo torsades de pointes), hipertensión, reacciones agresivas, síncope, hipotensión, bradicardia, distonía, rabdomiolisis, síntomas de disfunción hepática (incluyendo falla hepática, necrosis hepática, hepatitis, esteatosis hepática), síndrome serotoninérgico, reacciones maníacas, mioclonus, falla renal aguda y retención urinaria. Se han reportado casos fatales de sobredosis con paroxetina, tanto sola como en combinación con otros agentes depresores. La mayor cantidad ingerida en un caso reportado con recuperación fue de 2.000 mg de paroxetina. No se conoce antídoto específico. El tratamiento consiste en medidas generales y de soporte empleadas en el manejo de sobredosis como con cualquier droga antidepresiva. La administración rápida de carbón activado puede retardar la absorción de la paroxetina. Ante la eventualidad de una sobredosificación, concurrir al hospital más cercano o comunicarse con los centros de toxicología: Hospital General de Niños "Dr. Ricardo Gutiérrez", Tel.: (011) 4962-6666/2247. Hospital General de Niños "Dr. Pedro de Elizalde", Tel.: (011) 4300-2115 / 4362-6063. Hospital Nacional "Prof. A. Posadas", Tel.: (011) 4654-6648 / 4658-7777. Hospital de Pediatría "Sor María Ludovica", Tel.: (0221) 451-5555.
Conservación:Condiciones de conservación y almacenamiento: Conservar en su envase original, a temperaturas inferiores a los 25 °C.
Observaciones: Mantenga este medicamento fuera del alcance de los niños. Este medicamento debe ser usado exclusivamente bajo prescripción y vigilancia médica y no puede repetirse sin nueva receta médica. Ante cualquier duda consultar al 0-800-444-2382 (BETA). Fecha de la última revisión: 08.08.
Presentaciones:Psicoasten®LC 12.5, 25 y 37. 5 mg: Envases conteniendo 30 comprimidos recubiertos de liberación controlada.